El Regalo Más Grande
Escena 1: La Casa Familiar – Sala de Estar, Decorada para la Navidad (Suena música navideña de fondo. El árbol de Navidad brilla con luces, y la sala está llena de cajas envueltas con papel de regalo brillante. Mateo, un adolescente de 16 años, revisa su teléfono mientras su hermana menor, Sofía, de 10 años, juega con un tren eléctrico. Sus padres, Claudia y Roberto, discuten suavemente al otro lado de la habitación.)
Claudia: (con frustración) ¡No puedo creer que el costo de todos estos regalos haya subido tanto este año! Ya no sé cómo balancear el presupuesto.
Roberto: (suspira) Lo sé, pero es Navidad, y queremos que los niños tengan una celebración inolvidable. Especialmente después de un año tan difícil.
(Mateo levanta la mirada de su teléfono y se burla.)
Mateo: ¿Y qué tiene de inolvidable abrir cosas que olvidaremos en dos semanas? Preferiría tener un nuevo teléfono, eso sí sería memorable.
(Sofía se detiene de jugar y se acerca a sus padres con una sonrisa inocente.)
Sofía: ¿Mamá, papá? ¿Podemos hacer algo más especial este año? ¿Algo que no sea solo regalos?
(Sus padres intercambian miradas confundidas. Antes de que puedan responder, se oye un fuerte golpe en la puerta. La familia se queda en silencio. Roberto camina hacia la puerta y la abre lentamente, revelando a un anciano con una larga barba blanca y ropas gastadas.)
Escena 2: Entrada de la Casa (El anciano, que lleva una pequeña bolsa de cuero, sonríe cálidamente.)
Anciano: Buenas noches. Perdón por interrumpir, pero me preguntaba si podría descansar aquí un momento. Este frío es más intenso de lo que parece.
(La familia duda, pero Sofía tira del abrigo de su padre.)
Sofía: ¡Papá, hay que dejarlo entrar! Es Navidad.
(Roberto asiente con cautela, y el anciano entra, agradeciendo el calor de la casa. Claudia se apresura a ofrecerle una manta, mientras Mateo observa con escepticismo desde el sofá.)
Escena 3: Sala de Estar – Un Momento de Reflexión (El anciano se sienta cerca del fuego, observando las decoraciones y las caras expectantes de la familia.)
Anciano: (con una voz profunda pero amable) Gracias por recibirme. A veces, el regalo más grande no viene en una caja, sino en la forma de amor compartido y sacrificios hechos por otros.
(Mateo resopla en silencio y murmura.)
Mateo: Claro, una charla de “espíritu navideño”. Qué sorpresa.
(El anciano sonríe con sabiduría.)
Anciano: (mirando a Mateo) El espíritu navideño no es solo una idea abstracta. Hace mucho tiempo, hubo un regalo más grande que cualquier cosa material, uno que lo cambió todo.
(Se produce un silencio expectante. Claudia se acomoda en una silla, intrigada, mientras Roberto mira al anciano con curiosidad.)
Claudia: ¿A qué regalo se refiere?
Anciano: (con un brillo en los ojos) Al regalo del amor de Dios. Como dice Juan 3:16: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito..." Ese fue el primer y más grande regalo de todos. No tiene envoltura ni precio, pero transforma vidas.
Escena 4: La Revelación de los Valores Verdaderos (La sala se sumerge en un silencio reflexivo. Sofía se acerca al anciano con los ojos muy abiertos.)
Sofía: Entonces... ¿los regalos que damos a los demás deberían ser como ese? ¿Algo más que cosas?
Anciano: Exacto, pequeña. El verdadero regalo es dar amor, tiempo, y compartir la luz que hemos recibido. Es recordar que todos somos capaces de ofrecer algo que no se puede comprar.
(Mateo guarda su teléfono y, por primera vez, se interesa genuinamente.)
Mateo: Entonces, ¿no se trata solo de cosas caras o de lo que queremos... sino de lo que podemos dar a los demás?
(El anciano asiente con una sonrisa. En ese momento, su figura parece más brillante, casi angelical. Roberto y Claudia se miran con lágrimas en los ojos, entendiendo el mensaje de una manera más profunda.)
Escena 5: Una Nueva Perspectiva (El anciano se levanta, como si fuera a irse.)
Anciano: Gracias por el calor y la hospitalidad. Recuerden que el amor, la bondad y la fe son los mejores regalos que pueden ofrecer.
(Se dirige hacia la puerta, pero antes de salir, deja caer una pequeña estrella tallada en madera en la mano de Sofía.)
Sofía: (emocionada) ¡Gracias! ¿Volverás el próximo año?
Anciano: (guiña un ojo) Siempre estaré cerca, siempre que compartan amor y esperanza.
(La familia observa mientras el anciano desaparece en la noche nevada. Roberto apaga las luces del árbol y toma la mano de Claudia.)
Roberto: Tal vez este año podamos enfocarnos más en lo que importa de verdad.
(Mateo sonríe y Sofía abraza a sus padres. La cámara se aleja mientras la familia se une en un cálido abrazo, con el espíritu de la Navidad iluminando sus corazones.)
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