La Luz de Belén
Escena 1: Una Noche Ordinaria en Belén
(La escena se abre con las calles de Belén llenas de bullicio. Hay comerciantes cerrando sus puestos, familias buscando refugio en las posadas llenas, y una sensación general de caos en el aire. Un joven pastor llamado David, de 15 años, guía a su pequeño rebaño hacia las afueras del pueblo, mientras su hermana menor, Ruth, lo sigue, sosteniendo una lámpara de aceite.)
Ruth: (mirando las estrellas) Hermano, ¿crees que esta noche será como todas las demás? A veces, siento que algo grande está a punto de suceder.
David: (sonriendo, pero cansado) Ruth, siempre dices eso. Aquí, en Belén, nada cambia. Solo ovejas y más ovejas.
(Ruth lo observa con una sonrisa misteriosa, mientras la cámara se mueve hacia la calle principal, donde un posadero llamado Simón se encuentra discutiendo con los viajeros que buscan alojamiento.)
Simón: (suspirando) Lo lamento, no hay espacio. Todo está lleno. ¡Por favor, dejen de insistir!
(Simón cierra la puerta con frustración. Dentro, su esposa Leah lo observa con preocupación.)
Leah: (en voz baja) Simón, ten paciencia. La gente está desesperada, y esta noche parece... especial.
Simón: (con voz amarga) Especial o no, no tengo espacio ni energía para más problemas.
*(Leah lo mira, sintiendo que hay una oscuridad en su corazón que necesita luz.)
Escena 2: La Pareja Desesperada
(En una esquina cercana, José y una María muy embarazada buscan desesperadamente un lugar donde descansar. María se detiene, jadeando de dolor, y José la sostiene, preocupado.)
José: (con voz firme pero temblorosa) Aguanta un poco más, María. Debe haber un lugar... algún rincón donde podamos quedarnos.
(Leah, la esposa del posadero, los ve desde la puerta y siente un impulso de ayudar. Se acerca rápidamente.)
Leah: (con compasión) Lo siento... no tenemos habitaciones, pero hay un establo al final del camino. No es mucho, pero al menos estarán a salvo del frío.
(José y María agradecen a Leah, que siente un extraño calor en el corazón al ver la fe y la paz en sus rostros, a pesar de su difícil situación.)
Escena 3: Los Pastores en el Campo
(David y Ruth están sentados junto a su pequeño rebaño, con la lámpara de aceite parpadeando en la oscuridad. David intenta mantenerse despierto, mientras Ruth observa las estrellas con fascinación.)
Ruth: (señalando una estrella brillante) ¡Mira esa estrella, David! Nunca había visto una luz tan hermosa.
(David abre los ojos de golpe, notando cómo la estrella parece brillar más intensamente. De repente, una luz deslumbrante ilumina el campo, y los pastores caen al suelo, aterrorizados. Un ángel aparece, radiante, y su voz llena el aire con paz y poder.)
Ángel: ¡No temáis! Os traigo buenas noticias de gran alegría para todo el pueblo. Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor.
(Los ojos de David y Ruth se llenan de asombro, y los pastores a su alrededor comienzan a murmurar emocionados.)
Ángel: Esta será la señal: hallaréis a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
(La luz del ángel se desvanece, dejando a los pastores envueltos en una sensación de paz y maravilla.)
David: (con voz temblorosa) Ruth... debemos ir a Belén y ver lo que el ángel nos ha dicho.
Escena 4: El Establo de Belén
(José y María están en el establo. La escena es humilde, iluminada solo por la luz suave de una estrella que brilla a través de una abertura en el techo. María sostiene al recién nacido Jesús, y José los mira con una mezcla de amor y reverencia. Leah se asoma al establo, observando en silencio, y siente que su corazón se llena de algo indescriptible.)
Leah: (susurrando) Es... como si la luz de esa estrella se hubiera hecho carne.
(Simón, el posadero, llega detrás de Leah, con expresión cansada.)
Simón: (con voz baja) ¿Por qué sigues aquí? No hay nada que puedas hacer por ellos.
Leah: (con lágrimas en los ojos) Pero hay algo... algo en este niño que trae paz. Mira su luz, Simón.
(Simón se acerca y ve al niño, y por un momento, su amargura se disuelve. Cae de rodillas, abrumado por la pureza de la escena.)
Escena 5: La Llegada de los Pastores
(David y Ruth llegan corriendo al establo, seguidos por otros pastores. Ven al niño en el pesebre y se detienen, sin aliento, con lágrimas de asombro.)
David: (arrodillándose) Este... este es el Salvador. Lo hemos visto con nuestros propios ojos.
(Ruth se acerca con la lámpara de aceite, la luz temblorosa reflejándose en el rostro de Jesús. La pequeña llama parece volverse más fuerte, y Ruth sonríe con los ojos llenos de alegría.)
Ruth: (susurrando) Él es la luz... la luz que cambia todo.
*(Los pastores comienzan a alabar a Dios, y la luz de la estrella brilla más intensamente, como si el cielo se uniera a su alegría. José y María miran a todos con gratitud, sabiendo que este momento es sagrado.)
Escena 6: El Cambio en los Corazones
(Simón, aún arrodillado, se vuelve hacia Leah, con lágrimas en los ojos.)
Simón: (con voz quebrada) He pasado mi vida cerrando puertas, Leah. Pero esta noche... esta luz me ha abierto el corazón.
(Leah sonríe, sintiendo que un nuevo comienzo ha llegado. Los pastores y los aldeanos se marchan, llevando la noticia de la luz que ha nacido en Belén. David y Ruth caminan de regreso al campo, con la lámpara de aceite ahora brillante y fuerte.)
David: (mirando a Ruth) Tal vez tenías razón, hermanita. Esta noche no es como las demás. La luz ha llegado... y nada volverá a ser igual.
*(La escena se desvanece lentamente, dejando la estrella brillante sobre Belén, simbolizando la llegada de la verdadera luz que ilumina a todo hombre.)
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