La Profecía Cumplida
Escena 1: El Estudio del Escriba en Jerusalén
(La escena se abre en un pequeño estudio lleno de pergaminos y lámparas de aceite. Elías, un escriba anciano con una larga barba blanca y ojos llenos de sabiduría, está sentado en una mesa, leyendo un pergamino con gran concentración. El cuarto está iluminado por la tenue luz de las lámparas, y la atmósfera es solemne. Entra su joven aprendiz, Caleb, con curiosidad y respeto.)
Caleb: (cauteloso) Maestro Elías, llevas horas leyendo ese pasaje. ¿Qué es lo que te intriga tanto?
Elías: (sin apartar los ojos del pergamino) Este texto, Caleb... es de Miqueas. Dice: "Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel." (mira a Caleb con emoción) ¿No ves? Habla del Mesías, el Salvador prometido. He pasado mi vida esperando ver estas palabras hacerse realidad.
Caleb: (con asombro) ¿Crees que podríamos vivir para verlo? ¿Que podríamos ser testigos de algo tan grandioso?
(Elías suspira, con esperanza pero también con la carga de años de espera.)
Elías: Eso solo Dios lo sabe, joven. Pero cada día que pasa, mi corazón siente que estamos más cerca. Debemos estar vigilantes.
Escena 2: El Rumor de los Pastores
(Un día después, Elías y Caleb están en el mercado de Jerusalén, comprando pergaminos. Se oyen murmullos entre los comerciantes y los viajeros que pasan. Un pastor entra en escena, hablando emocionadamente con un grupo de personas.)
Pastor: (con voz temblorosa) ¡Es cierto, lo juro por mi vida! Un ángel del Señor nos apareció en las colinas, y nos dijo que el Salvador ha nacido en Belén. Vimos al niño con nuestros propios ojos, envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
(Elías deja caer un pergamino y se gira rápidamente hacia el pastor, con el rostro lleno de asombro.)
Elías: (murmurando) Belén... ¡Miqueas 5:2! Caleb, ¿oíste lo que dijo?
Caleb: (con los ojos abiertos de par en par) ¡Sí, maestro! ¡El Mesías ha nacido en Belén, como la profecía!
(Elías se acerca al pastor, la emoción brillando en sus ojos.)
Elías: (ansioso) ¡Dime, buen hombre! ¿Viste realmente al niño? ¿Fue en Belén?
Pastor: (asintiendo vigorosamente) Sí, en un humilde establo. Los ángeles nos dijeron que él es el Mesías. Lo vimos con nuestros propios ojos.
(Elías mira hacia el cielo, con lágrimas corriendo por sus mejillas.)
Elías: (en voz baja) Después de tantos años... la profecía se ha cumplido. Dios ha sido fiel.
Escena 3: El Viaje a Belén
(Elías y Caleb viajan apresuradamente hacia Belén. El camino está polvoriento, y se detienen en las colinas, viendo la estrella brillante que parece iluminar el camino hacia el pueblo. Elías, aunque cansado, sigue avanzando con determinación.)
Caleb: (jadeando) Maestro, ¿estás seguro de que podemos llegar a tiempo? Eres anciano y este camino es difícil.
Elías: (sonriendo con calidez) Mi cuerpo puede ser viejo, Caleb, pero mi espíritu nunca ha sido más joven. Si este es el momento de la verdad, no puedo permitir que nada me detenga.
(La estrella parece brillar más intensamente, como si los guiara. Elías y Caleb avanzan con renovada energía, decididos a ver al niño que tanto habían esperado.)
Escena 4: El Establo en Belén
(Finalmente, llegan a Belén. La estrella se detiene sobre un pequeño establo. Elías y Caleb se acercan lentamente, temerosos pero llenos de expectativa. Dentro, ven a la Sagrada Familia: María y José con el bebé Jesús. Elías cae de rodillas, su rostro reflejando la culminación de toda una vida de espera.)
Elías: (con lágrimas en los ojos) Oh, Señor... has cumplido tu promesa. De Belén ha salido el Salvador, tal como dijeron los profetas. (mira a María) ¿Puedo acercarme?
(María asiente con una sonrisa, y Elías se acerca al pesebre. Mira al bebé Jesús, y su voz se quiebra de emoción.)
Elías: (en un susurro) He dedicado mi vida a escribir sobre ti, a estudiar cada palabra... y ahora te veo con mis propios ojos. ¡Alabado sea Dios!
(Caleb observa a su maestro, conmovido por la fe inquebrantable de Elías.)
Escena 5: La Revelación y la Esperanza
(Elías se pone de pie, sus piernas temblorosas pero llenas de una nueva fortaleza. Se vuelve hacia Caleb, con una luz en los ojos que nunca había tenido antes.)
Elías: (con voz firme) Caleb, escribe esto en tu corazón: Dios siempre cumple sus promesas. Esta noche marca un nuevo comienzo para el mundo, y tú eres testigo de ello. Lleva este mensaje a todos.
Caleb: (con reverencia) Sí, maestro. Nunca olvidaré este momento.
(Elías mira una vez más al niño Jesús, sabiendo que su vida ha encontrado su propósito más profundo. La escena se desvanece lentamente mientras Elías y Caleb se alejan del establo, llevando con ellos la esperanza y la certeza de que el Mesías ha llegado al mundo.)
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